Ziegler y Galeano analizan el orden mundial derivado del libre mercado, y se cuestionan el reparto desigual en el que se basa la economía mundial. En el programa se incluyen entrevistas realizadas en 2006, año en el que ninguna fuente oficial presagiaba la crisis actual.
Pocas veces el título de un programa ha resumido mejor su contenido, porque el llamado orden mundial no sólo es despiadado e injusto, sino también criminal. Así lo describen dos de los intelectuales más lúcidos: el escritor uruguayo Eduardo Galeano y el sociólogo suizo Jean Ziegler, apoyados por los testimonios de personalidades que se enfrentan sobre el terreno las consecuencias de ese orden criminal.
Años atrás, nada hacía presagiar las contracciones del capitalismo que acabarían desencadenando la crisis financiera más grave desde 1929, cuyos enormes retrocesos sociales estamos sufriendo. Sin embargo, ya resultaba evidente la perversión internacional del sistema económico, y de unas instituciones políticas sometidas a los designios de ese dios cruel, implacable, todopoderoso, que denominamos libre mercado.
Galeano y Ziegler cuestionan ese ordenamiento, que se presenta como el único razonable e indiscutible para construir el mejor de los mundos posibles. La injusticia radical que late en la base del reparto desigual en que se basa la economía mundial ha desarrollado mecanismos amorales de dominio, a partir de una doctrina -por no llamarle ideología- sin otros valores que los bursátiles, estableciendo un orden internacional que Ziegler define como mortífero y absurdo y, en palabras de Galeano, ‘ha convertido al mundo en un manicomio y un matadero’.
Pocas veces el título de un programa ha resumido mejor su contenido, porque el llamado orden mundial no sólo es despiadado e injusto, sino también criminal. Así lo describen dos de los intelectuales más lúcidos: el escritor uruguayo Eduardo Galeano y el sociólogo suizo Jean Ziegler, apoyados por los testimonios de personalidades que se enfrentan sobre el terreno las consecuencias de ese orden criminal.
Años atrás, nada hacía presagiar las contracciones del capitalismo que acabarían desencadenando la crisis financiera más grave desde 1929, cuyos enormes retrocesos sociales estamos sufriendo. Sin embargo, ya resultaba evidente la perversión internacional del sistema económico, y de unas instituciones políticas sometidas a los designios de ese dios cruel, implacable, todopoderoso, que denominamos libre mercado.
Galeano y Ziegler cuestionan ese ordenamiento, que se presenta como el único razonable e indiscutible para construir el mejor de los mundos posibles. La injusticia radical que late en la base del reparto desigual en que se basa la economía mundial ha desarrollado mecanismos amorales de dominio, a partir de una doctrina -por no llamarle ideología- sin otros valores que los bursátiles, estableciendo un orden internacional que Ziegler define como mortífero y absurdo y, en palabras de Galeano, ‘ha convertido al mundo en un manicomio y un matadero’.
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